Existen crónicas medievales en las que se muestran cuentos preciosos sobre ellas y, en algunos lugares, hoy en día todavía existen tradiciones relativas a las Hadas, donde las veneran y las mantienen vivas con bailes y folclores.
Si las cuidas, ellas te regalan cosas que, de momento, no sabes de dónde han salido, y a menudo te susurran al oído soluciones a tus inquietudes.
Son criaturas muy sutiles y hay que protegerlas. Les puedes bautizar con un nombre que lleve tus iniciales, o tu nombre al revés. Su energía se unirá a la tuya y siempre tendrás una verdadera protectora.